Las palomas y específicamente la composición de sus excrementos y la acidez que generan con su fermentación en contacto con el aire, provoca no sólo suciedad, sino que también produce el deterioro en edificaciones. Además sus heces, plumas y nidos pueden taponar drenajes, conductos de ventilación, canaletas, etc.

Las palomas actúan como portadores de diversas enfermedades, liberando los microorganismos patógenos en sus heces, sumado a que las plumas son caldo de cultivo para parásitos, insectos y arácnidos. Son reservorio de al menos 30 virus, bacterias, hongos y parásitos que pueden afectar al ser humano y a los animales domésticos. Las zoonosis de mayor importancia son: clamidiosis, criptococosis, aspergilosis, salmonelosis, listeriosis y estafilococosis, las que pueden ser transmitidas a través del aire por las heces secas (inhalación), o a través de sus excretas, por posible contaminación de alimento. Entre los síntomas propios de cada enfermedad se puede mencionar: diarreas, vómitos, fiebre, tos, septicemia, deshidratación, debilidad, dolor de cabeza, escalofríos, dolor muscular, pérdida de apetito, dolor de pecho, disminución de ritmo cardiaco, convulsiones, daño pulmonar, etc. Quienes se encuentran más expuestos a contraer este tipo de enfermedades son los niños y ancianos, ya que tienen su sistema inmune más susceptible.

Para un control efectivo FUMIVET utiliza productos químicos que destruyen la demarcación territorial impuestas por estas aves en conjunto con barreras físicas como perfiles desestabilizadores, pinchos anti-palomas, mallas, etc cambiando el hábito de anidación y distribución impidiendo que las aves posen en el lugar tratado y por consiguiente abandono del lugar sin causarles daño a las aves.